Gátova nevá

“Dios mediante, y si el tiempo no lo impide” …teníamos programada para hoy una excursión por la Sierra d’Espadá; de Torralba a Alcudia de Veo, pero el tiempo la impidió.
Ayer hubo temporal generalizado, sobre todo por Levante, y en Torralba informaron que no podían llegar autobuses; aunque la previsión era que el sábado, o sea, hoy, el temporal habría terminado, la nieve caída no dejaba lugar a dudas.
Por hacer algo, sin resignarnos a quedar en casa, nos fuimos a Gátova, Eduardo, Novella, Renau, Manolo Vidagany, Vergara, Manoli y Juan Antonio, con idea de subir al Gorg para ver la nieve.
Ya la entrada al camino de la Fuente del Tormo, estaba impracticable para turismos, porque la nieve estaba helada. Dejamos el coche de Eduardo en el pueblo, y entramos con el TT. La nevada fue histórica.

Solo habían huellas de un vehículo que habría pasado antes, y dejaba surcos de unos 30 cm. El camino que baja hacia el barranco, para subir al Gorg, no estaba hollado, pero apenas se distinguía; no nos atrevimos a entrar. Seguimos adelante. En el collado, paramos; la vista de la sierra de Espadán, es impresionante también toda nevada.
Seguimos hacia Tristán, y poco antes de llegar a la Masía, el otro camino que sube el Gorg por el lado opuesto, está igualmente sin hollar, intentamos entrar, pero el coche patina; así que lo dejamos y seguimos andando hasta Tristán, caminando por dentro de los surcos. Los bastones en los márgenes del camino, se hunden casi medio metro.
En la masía, el paisaje es alpino. Los abetos, arrastran las ramas hasta el suelo, por el peso de la nieve, (en el camino, hemos vistos muchos árboles con las ramas partidas); las mesas y asientos tienen un colmo, que parecen de nata o de azúcar. Delante de la puerta, el viento ha dejado un corro más o menos limpio, y nos quedamos un rato; almuerzo, trago de vino, fotos…
Vuelven a por el coche, y seguimos adelante. El vehículo que nos precedió, no pasó de los paelleros, y desde aquí, el camino está “inmaculado”, sin huella ninguna. Bueno!, de vez en cuando se ven las de un animal, que podría ser un zorro. Caminando un rato, y en el coche otro rato, porque se camina muy mal, pues nos hundimos casi hasta las rodillas, y la ropa no es la adecuada, llegamos hasta el collado del Montmayor.
Disfrutamos del insólito paisaje, en una mañana preciosa, soleada y espléndida (hoy sí) con apenas 2º C.
Volviendo, en el Molino, y en la fuente del Tormo, más gente ha acudido también a ver la nieve, y en Gátova no caben más coches. Nos tomamos una cervecita en el bar y terminamos la jornada “senderista”.