CAMINANTES, 30: Ricardo, Eduardo, Vicen, Pepe Puyol, Meitos, Alonso, Reme, Miguel Bort, Concha, Vergara, Novella, María, Pedro Fuentes, Maribel Rueda, Maria Dolores, Amparo Macián, Manuela, Puri, Ballester, Jessie, Karl, Maria José, Julio, Manolo Vidagany, José M. Ferrandis, Mere, Pedro, Manoli y Juan Antonio. Cosa rara, faltó Manolito, el pobre tiene “mal de amores”; no seáis mal pensados, tiene dolor de muelas.
Habíamos programado ir a Sot de Chera, pero el punto de inicio de esta ruta, está más cerca y pertenece a Chera. Desde la carretera CV-395, entre los dos pueblos, tomamos el desvío para bajar al pantano del Buseo, y aparcamos en espacio apto para ello junto a las instalaciones de la central eléctrica.
Comenzamos la marcha a las 9:40 por el PR V-102 que se inicia al fondo del parking y en 3’ cruza sobre la presa del embalse. Al otro lado, se interna en la pinada y asciende por una especie de camino, por el que parece que el agua ha corrido como un río. A las 10:05, llegamos a una amplia terraza, donde abandonamos las señales del PR que siguen hacia la derecha y continuamos derivando hacia la izquierda con una muy fuerte subida.
A las 10:30 alcanzamos un claro que más parece un revolcadero de jabalíes, junto a los restos de un corral; no hay señales pero la senda muy clara, continúa casi llaneando, introduciéndose en el Barranco La Hoz, por arriba. Las vistas sobre el embalse y el mismo barranco, son espectaculares; en el fondo se ve una red de caminos y sendas que algún día tendremos que explorar.
Almorzamos a las 10:45 con estas magníficas vistas. Hasta las 11:05. En la reanudación, al pie de los riscos, vemos una pareja de cabras: blanca y negra; –deben ser salvajes, porque no había más-.
Sigue la senda, descendiendo ligeramente y entre espesa vegetación; menos mal que es invierno y todos llevamos pantalón largo, porque aun así, nadie se libra de los arañazos.
Al poco de empezar un ascenso, el carril se ensancha y hacemos un alto a las 11:45 para reagrupar y disfrutar de nuevo de la vista (3’). El pico Ropé domina la altura. Seguimos cinco minutos más entre pinos jóvenes por un carril ancho, poco transitado, que a las 11:55 desemboca en una pista. Antes de entrar a ella, tomamos un camino a la derecha, pero pronto comprobamos que no tiene salida; da acceso a campos de almendros y unas colmenas.
A las 12:05 damos la vuelta, y sin investigar más, regresamos por el mismo itinerario.
Reagrupamos a las 12:55 a la altura del corral (5’) y llegamos a los coches a las 13:35 después de 9,6 km recorridos.
Manoli
