CAMINANTES, 35: Carmen, Enric, Amparo, Vicent Martí, Jessie, Karl, Concha, Vergara, Amparo Macián, Pilar, Angels, Manuela, María José, María, Pedro Fuentes, Amparo y Julia Sala, Maribel, Renau, Fina León, Meitos, Alonso, Ballester, Manolito, Vicent del Olmo y Manolo Vidagany (en bus); Carmen Carbonell, Reyes, Santi, Elena, Paco Rozalén, Pep Alcácer, Novella, Manoli y Juan Antonio (en dos coches).
Se trata del PRV-111, que tiene tres variantes; nos dividimos en dos grupos, e hicimos el PRV-111.1 y el PRV-111.2. Está descrita en el libro de E.Cuéllar “Caminando por la Com. Valenc. 1” Como él indica, las señales están bastante confusas en muchos puntos, pero gracias a sus notas y, sobre todo, al GPS de Ramón, no hubo problema para recorrerla.
Nos reunimos a la entrada de Cortes de Arenoso a las 10:00, y como he dicho, nos dividimos de dos grupos. El menos numeroso eligió la variante 2, saliendo de Cortes por la carretera de Zucaina, enseguida se toma una senda que desciende al río y tras alguna dificultad para encontrar las señales al principio, (ellos no tenían GPS) completaron una preciosa ruta por el Arroyo de Cortes con 10,5 km.
El resto nos decidimos por la núm.1. Iniciamos la marcha a las 10:10 h por la calle principal que entra en el casco urbano frente a la fuente-lavadero que hay junto a la carretera; bordea el pueblo por la derecha, y justo a la altura del muro posterior de la iglesia, tomamos una senda, al principio encementada, que desciende hasta el barranco, se cruza tras 10’ y sigue hacia la izquierda paralela a aquél, elevándose sobre su lecho, por un camino de herradura, empedrado y precioso.
A las 10:40 parada para almorzar al abrigo de los ribazos y al sol (es pronto, pero se ha madrugado) hasta las 11:00. Volviendo la vista atrás hay una bonita panorámica de Cortes de Arenoso, con la Sierra de Javalambre nevada, al fondo.
En 10’, abocamos a una pista que tomamos a derecha (1260 m/a) Cruzamos un camino en perpendicular a las 11:18 y 5’ después un poste indica un desvío, dejando la senda definida; atención a las marcas y postes. Al frente hay un terreno de carrascas cercado, y por la izquierda de la valla siguen las señales, comenzando un descenso.
Termina en el fondo de un barranco a las 10:32 a 1069 m/a. No encontramos las señales para continuar (el GPS ayuda). Cruzando de frente, se llega hasta un ribazo, donde vemos las primeras, siguiendo junto a éste hacia la derecha.
A la altura de las Casas de Canales, a las 11:55, parada para reagrupar, y unas fotos con el Peñagolosa también nevado, de fondo. Pasadas las casas, que quedan en alto, y apenas las vemos, dejamos el camino principal que sigue a la derecha. Nosotros a izquierda por una senda que nos lleva a otra masía: la Masía Pellejas, muy bien conservada y todavía en uso. En sus cercanías, el terreno compartimentado por ribazos de piedra seca con un bonito remate. Delante de la casa principal, una era, y por detrás del pajar continúa el sendero, en descenso hasta una fuente, cuya agua se recoge en una pequeña balsa. En este camino hay un par de quejigos monumentales, preciosos. (12:15-1065 m/a)
Con la balsa a la derecha, enseguida dejamos el camino por una senda al mismo lado (hay que buscar bien la señal; apenas se ve). Abandonamos el bonito entorno de la masía Pellejas, por senda paralela al barranco que nos lleva hasta una carretera que tomamos a la izquierda unos 200 m. Un poste, señala el punto donde dejarla por la diestra.
Tras un corto descenso, pasamos junto a la Fuente de la Garranchosa (12:50) -la masía de igual nombre queda en alto, luego pasaremos cerca-. Unos pocos metros por el barranco que aquí se inicia y vamos saliendo de él a derecha. Cruzamos la amplia planicie y el camino que accede a la masía y seguimos casi en llano un buen rato junto a campos de cultivo y otra enorme y bonita carrasca.
A las 13:30 pasamos junto a la otra Garranchosa, la Baja, más pequeña que la anterior. 10’ después, un poste vertical indica el punto donde hay que dejar el camino. Dos fitas a la derecha marcan la puerta por donde hacerlo, ya que no hay senda clara, pocos metros adentro, ya aparece el rastro de un sendero que va descendiendo. Llegado a una vaguada, con unos pocos árboles frutales, rechazamos seguir sobre una vieja acequia (difusa señal en cruz) y ascendemos; la senda está muy perdida y las señales, muy borradas; hay que ir “con cien ojos”.
Bordeando un barranco, y con las señales un poco más claras nos encontramos en una carretera (14:15 h-832 m/a) que tomamos a izquierda, atraviesa un baden, y en mitad de una pronunciada curva, ya en pleno ascenso, la dejamos por la izquierda (poste vertical) por un camino muy, muy erosionado (el paso del agua ha formado una brecha de casi un metro, de honda y de ancha). Aún salimos de nuevo a la carretera; a la izquierda unos 100m y la dejamos definitivamente por la derecha. A la entrada de este carril, un pequeño peirón con cruz metálica. Sin dejarlo entramos en San Vicent de Piedrahita a las 14:35, por un grupo de granjas, dejando al paso la piscina municipal. En una plaza moderna, tomamos un carril señalizado “Casas del Cerrito”, por el que llegamos al caserío donde está MACROVIDA, a las 14:55 h después de 15,3 km y donde comeremos. La comida, no muy del gusto de todos, pero bien, y después, fiesta: música, cantos y bailes. Un buen colofón a un muy buen día.
Manoli