CARTUJA-FONT DE POTRILLOS
BÉTERA
CAMINANTES, 20: Belén, Juan Pérez, Rizo, Vergara, Pep Alcácer, Fina León, Manolito, Pilar Almela, Francis Marco e Isabel Gil –amigas de Pilar-, Angels, Amparo Macian, Mere, Pedro, Renau, Manolo Vidagany, Eduardo, Ramón, Manoli y Juan Antonio.
Es una variante de la ruta que se hizo en 15/01/2005. Para empezar, nos reunimos en el área recreativa de la CV-331 (Bétera-Portaceli) a la altura del desvío de la CV-332 a Serra; dejamos algunos coches y seguimos hacia el monasterio, para aparcar, con poco espacio para ello, antes de llegar a los cipreses que flanquean el último tramo hasta la entrada de la Cartuja.
Comenzamos la marcha a las 9:20, tomando una senda a la izquierda, frente a un mojón kilométrico de los antiguos, asciende paralela al asfalto para salvar el flanco de la carretera, y al llegar a la altura de la entrada a la Cartuja, giro a la izquierda por el borde de los campos de kiwis. Aquí ya seguimos un camino evidente, que se eleva, alejándose de los cultivos. Encontramos una bifurcación a las 9:30, y la seguimos a izquierda hasta un otero donde hay una antena sobre una caseta vallada (2’).
Volvemos hasta la bifurcación, y continuamos a izquierda, descendiendo hasta abocar a una pista ancha, que tomamos a derecha (9:55). Rechazamos un carril a izquierda, hacia atrás, a las 10:25, y abandonamos la pista a las 10:35, por una senda a la derecha; a su entrada, un poste robusto de poca altura, y sin más señales. Por ella descendemos hasta la Font del Marge, donde almorzamos (10:55 a 11:20) El aroma a eucalipto, domina en el aire. Al reanudar la marcha, salimos a la pista, que tomamos a izquierda.
A las 11:30, dejamos la pista por un camino a derecha, cerrado a vehículos con una cadena, que en 5’ termina en una casa forestal. Por la derecha de ésta, tomamos una senda que se interna y asciende por el pinar. En su inicio, podemos ver los restos de lo que parece un horno de cal. Tras una fuerte pendiente, desemboca en un carril (12:00) que seguimos por la derecha, rodea el macizo y sale de nuevo a la pista que habíamos dejado, en un ensanche-encrucijada (12:05). Por la derecha, junto a un pino, tomamos una senda, al principio ancha, que lleva a Rebalsadors.
El tiempo que era magnífico, se fue estropeando, hasta que se puso a llover con ganas, bien entrados en la senda. Algunos se dan la vuelta; los demás bien pertrechados de chubasqueros, paraguas, etc (que no tapan mucho), continuamos. A las 12:15 alcanzamos el collado desde el que por la izquierda, parte la senda al mirador de Rebalsadors; seguimos recto y en descenso. También recto, en el cruce que encontramos a las 12:55, ya en el fondo, y 5’ después, desemboca en pista que tomamos a derecha.
Llegamos a la Font de Potrillos a las 13:10. Unos minutos para alguna foto. Al reanudar, rechazamos pronto un desvío a derecha, y 3’ después, tomamos a derecha, dejando a izquierda la continuación a Serra. El carril, ancho al principio, en 6-7’ se convierte en senda que discurre entre el pinar, y desciende, a veces, bruscamente. En el fondo se ramifica bastante, intentando seguir lo más recto posible, salimos a un camino que tomamos a izquierda (13:40).
Rechazamos un desvío a izquierda 5’ después, caminando con el barranco de Potrillos paralelo a nuestra derecha. Lo cruzamos a las 14:05, y, enseguida, tomamos un desvío que sale a la derecha hacia atrás. Al poco de entrar en este carril, una cadena cierra el paso a vehículos, y 5’ más adelante, desvío a la izquierda para tomar una senda. Antes de dejar el camino, podemos disfrutar de una bonita vista de la Cartuja, que tenemos al frente.
La senda se bifurca a los pocos metros, para salvar un pino caído sobre ella, asciende un corto trecho, llanea un poco más, y de nuevo desciende hasta el barranco de Portaceli, más ancho que el primero. También lo cruzamos y vuelve a subir hacia una pequeña ermita, que alcanzamos a las 14:20. Se alza solitaria en este bonito otero, pero está abandonada, con las puertas de sus cuatro lados, tapiadas, y la espadaña sin campana. Otros cinco minutos más por la senda nos deja en la carretera de acceso a la Cartuja, donde habíamos dejado los últimos coches, después de recorridos unos 15 km.
Aunque intermitentemente, y con menos intensidad, no dejó de llover en todo el rato, con lo que terminamos bastante empapados, pero satisfechos.
Manoli
