CAMINANTES, 15: Karl, Renau, Manolito, Amparo Macián, Angels, Manuela, Enrique Aliaga, Novella, José-Vicente, Monti, Cecilia, Belén, Juan Pérez, Manoli y Juan Antonio.
Antes de empezar, una aclaración, los datos de distancia y altura del gráfico, no se tomaron en la marcha, como siempre; son copiados de la guía: “LA SERRANIA-Vias Pecuarias- GR-37”. (no me he resistido a copiar otros datos).
Por la CV-35, acudimos a Aras de los Olmos; seguimos por la CV-355, y en el km 3, dejamos un coche a la entrada de un camino; seguimos hasta la CV-350, -hacia la izquierda lleva a Arcos de las Salinas- tomamos a la derecha y, enseguida, llegamos a La Torre, como 1,5 km a la izquierda de esta carretera.
Aparcamos y comenzamos la marcha a las 9,45 h, pasando junto al lavadero para buscar la senda del GR en la parte alta de la aldea, que tomamos a la izquierda. El camino empieza en llano; en apenas 5’ dejamos el camino por la derecha pasando junto a una cabaña, y se convierte en senda subiendo.
Salvo en un par de puntos, donde hay un poco de duda, las señales se siguen fácilmente. A los 16’, se cruza un camino ancho, y seguimos la empinada subida hacia la Cañada de Castilla. El camino, más parece un cortafuegos, sin límites claros. Pasada una señal de coto de caza, seguimos a la izquierda, ya por la vía pecuaria. “Hasta los años 60 pasaban por aquí unas cinco mil ovejas, dos veces al año; Luis Calvo, guarda de campo de Alpuente durante 30 años, nos describe las dificultades del paso de los pastores procedentes de Cuenca sobre todo, con unas 200 ovejas a su cargo y que, a finales de octubre se encaminaban hacia los llanos de Liria, Casinos y el Villar donde invernaban; coincidía este viaje con la Sanmiguelada, época en que parían los animales.”
Continuamos ahora por la cresta de la sierra que sirve de frontera entre Aragón y Valencia; el GR, sigue la Cañada, que a veces sale de la nueva pista para vehículos, pero no se aparta mucho. A más de 1400 m/a, las vistas a ambas vertientes son espléndidas, y no hay que dejar de asomarse a un borde o al otro para disfrutarlas del todo. Almorzamos en lo más alto a las 11 h (media hora).
Al poco de empezar un suave descenso, a la derecha hay una caseta con unas antenas; (11,40 h-4,5 km) junto a ellas, a los pies hay una impresionante vista de Arcos de las Salinas, con el Javalambre al fondo; la vega del río Arcos, dibuja una franja verde en medio de un terreno muy árido. (5’ y fotos). Volvemos al sendero y seguimos las señales.
Volvemos por última vez a la pista a las 12,10 h, que gira a la izquierda (al oeste) haciéndose el descenso más pronunciado hacia la carretera de Arcos. La alcanzamos a las 12,15 h (6,3 km – 1239 m/a). Seguimos unos pocos metros en paralelo a ella y enseguida vemos a la izquierda un poste de seguimiento de GR que se interna en la pinada.
La senda se hace más pedregosa y erosionada, algo más incómoda, y discurre entre pinos, jarales, romeros, y también, en abundancia un pequeño arbusto repleto de flores blancas: según la guía, se trata de una variedad de lino, “… el Linum suffruticosum… que florece durante un corto período de tiempo en el mes de mayo…”.
En el descenso, pronto tenemos al frente una amplia vista de Losilla de Aras. Desembocamos en un camino más ancho que seguimos a izquierda; dejamos uno que sale a la derecha, y poco más adelante en una bifurcación, tomamos a la derecha, hacia el fondo del pequeño barranco de Casas Blancas “…es tributario del río Arcos; lo alcanza tras descender vertiginosamente desde este punto, unos 300 m más abajo.”
Seguimos aún por la Cañada de Castilla, llevando a la derecha el barranco, y llegamos a las afueras de la aldea, parando en un espectacular mirador, desde el que también se distinguen las revueltas de la carretera a Puebla de San Miguel. (13,03 h, 9,2 km -1070 m/a). –fotos-
En la reanudación, cruzamos enseguida esa carretera, y viene una corta subida. A la izquierda, se accede al cementerio, y llegando a una viña, gira a la derecha, dejando el campo a la izquierda (este es uno de los puntos con dificultad en localizar las señales) . Pasamos junto a un navajo (balsa de agua para el ganado) a las 13,20 h, y tenemos a la izquierda el muro de la Cañada durante buen trecho.
Llegamos al Barranco de Escaiz a las 13,35 h, encrucijada de caminos con poste de señales. La Cañada de Castilla, que aquí dejamos, continúa por el barranco hacia Puebla de San Miguel. Nosotros lo cruzamos, coincidimos unos 40 m con el PRV-130, y tomamos un camino a izquierda, que sigue el trazado de otra vía pecuaria, el Cordel de la Covatilla, siempre con las señales de GR.
El entorno es diferente, hemos entrado en zona de cultivos, algunos abandonados, y restan algunos pinos y carrascas sueltas. Abocamos a una pista a las 13,55 h. En 5’, en la izquierda, y casi oculta entre el ribazo y el matorral, se encuentra la fuente Cubel (no tiene pilón ni caño). Por esta pista alcanzamos el punto en que confluye con la carretera de Aras, a la altura de un despósito de agua circular. (14,15 h-13,2 km-1040 m/a)
Aquí se quedan los conductores, y con el coche de apoyo, vuelven a la Torre a por los demás vehículos. (unos 8-10 km)
El resto cruzamos la carretera hacia un camino que sale enfrente con una cruz de madera en su inicio, y en una larga subida nos llevará al Santuario de Santa Catalina, donde llegamos a las 14,45 h, después de 15,7 km.
En el Santuario, que tiene acceso asfaltado, diferente al camino que hemos subido, hay una hospedería y una iglesia (ambas cerradas hoy), una estupenda explanada con cesped, árboles, mesas y bancos, y una preciosa fuente con abundante agua, donde, cuando vuelven los que fueron a por los coches, comemos, descansamos, tomamos el sol, o la siesta. Los que no lo conocían (con el coche) suben a la cima de la muela que tiene una bonita vista y algunos observatorios astronómicos, pues al parecer, es un lugar excepcional para mirar el cielo.
Una bonita caminata con un magnífico final.
Manoli.
