CAMINANTES, 20: Amadeo, Meitos, Alonso, Inma, Ballester, Pilar, Angels, Pedro, Fina, Manolito, María José, Julio, Manolo Vidagany, Sara, Eladio, Pep Alcácer, Pepa Balaguer, Eduardo, Manoli y Juan Antonio.
Teniendo en la programación para esta fecha, una salida a Cortes de Pallás, ha habido que cambiar, porque un derrumbe importante, ha dejado cortada la carretera de acceso a la población, por tiempo indefinido, pero largo. Y el cambio ha sido por un tramo del GR-37, en la comarca de Los Serranos, que ya hicimos en 3 de marzo de 2007, aunque en sentido inverso.
Aparcamos en La Yesa, a la salida del pueblo por la carretera CV-350 (Arcos de las Salinas), y hacia la derecha, buscamos las señales del GR, en la Rambla de Ahillas a su paso por La Yesa, a las 9:15 h. 15’ después salimos a camino, que tomamos a derecha, a la altura de una fuente (la Fuente del Caballo). Enseguida, encontramos otra fuente, con una mesa, a la sombra de un almendro en flor (la Fuente del Palacio, siempre según el mapa). En la bifurcación, seguimos a izquierda.
Todo el recorrido, está bien señalizado con las marcas blanqui-rojas del GR, y sólo hay que ir atentos a algún desvío, que por la inercia, se puede pasar. Buena parte discurre por senda, y entre bosque mediterráneo, en el que predominan las sabinas, muchas de gran tamaño, carrascas, enebros y algunos pinos. Una de las sabinas más grandes, la encontramos al borde del sendero, a las 10:15.
Paramos a almorzar a las 10:35, hasta las 11:00.
A las 11:50, llegamos a la aldea de La Cuevarruz, que atravesamos por entre las casas. A las 12:15, junto al camino asfaltado entre La Cuevarruz y La Almeza una fuente, un pequeño lavadero, y entre ambos, un abrevadero.
A las 13:20, ante una bifurcación, con señales de un PR, dejamos el sendero, unos 100 m a la derecha, para admirar la sabina más grande, “La Juana”, junto a un campo de almendros, y otras de buen tamaño, pero que quedan minimizadas, al lado de aquélla. Unos minutos para fotos, volvemos hasta la bifurcación, y seguimos recto.
En este tramo, zona húmeda con juncos y maleza, hay algo más de dificultad para ver las señales, pero una vez atravesada, se llega a un precioso bosque de preciosas sabinas.
Con la aldea de La Torre ya a la vista, y sin dejar las señales, llegamos al final del trayecto a las 14:05, después de 15,3 km recorridos.
Después de volver los conductores con los coches, comemos en el restaurante El Sabinar, muy bien.
Manoli