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CAMINANTES, 29: Rafa Solaz, Pepe Alamá, Miguel Murgui, Fina, Manolito, Juan Sancho, Carmen, Enric, Maria José, Inma Peris, Vicent Martí, Karl, Vicen, Pepe Puyol, Meitos, Alonso, Amadeo, Amparo Macián, Carmen Carbonell, Pilar, Angels, Manuela, Ballester, Pedro, Concha Sequeiro, Pep Alcácer, Ramón, Manoli y Juan Antonio.
Nos desplazamos a Pedralba, y sin entrar en la población, tomamos la recién inaugurada circunvalación, a la izquierda y paralela de la vieja entrada. En la siguiente rotonda, tomamos la entrada al centro urbano, aparcando unos 100 m después, en un ensanche adecuado.
Iniciamos la marcha a las 9:00 a 170 m/a, volviendo atrás hasta la rotonda y cruzándola, encontramos aquí un panel y postes con señales de la ruta. Seguimos a derecha “Ruta del Palmeral”, al principio, en paralelo a la carretera. A las 9:10 nos desviamos por un camino a izquierda, y enseguida, lo dejamos por una senda a derecha, marcada con un pequeño poste de madera con las coordenadas del punto. La senda se introduce en la rambla, la cruza, o discurre por su lecho, que en un tramo, da la impresión de tener un empedrado romano, y, enseguida, tenemos el río Turia a nuestra derecha, aunque a veces no resulta muy visible por las cañas y la vegetación ribereña.
A las 9:45, encontramos una bifurcación, dejamos los postes de señales que siguen por la izquierda, y tomamos a derecha (*), continuando a orilla del río. A su entrada hay unos palos, que podrían formar parte de una barrera, pero no tiene travesaño horizontal. 10’ después, el cauce se estrecha, entre altas paredes de roca, y en la de enfrente, la Peña Latrón, se puede ver un nido de rapaces –hoy parece vacío-. Según el encargado del centro de interpretación de Vilamarxant, anidan águilas perdiceras, y hay una cámara permanente grabando el nido.
Rechazamos tres sucesivas sendas que acceden por la izquierda, y a las 10:30, sí nos desviamos a este lado y dejamos la orilla del río, en un punto en que hay poste de señales y un panel con explicaciones sobre construcciones de piedra seca. Apenas 15-20 m por esta senda nos detenemos para almorzar entre las piedras, hasta las 10:55.
Quince minutos de ascenso y desembocamos en una pista que tomamos a izquierda, y tras el último repecho, encontramos una clocha, un aljibe, y un majano para refugio de conejos, vallado alrededor.
Tras unos minutos aquí, dejamos la pista por un carril ancho, a la izquierda, que nos lleva al punto más alto de la ruta, el cual alcanzamos a las 11:20, a 226 m/a, lugar desde el que se tiene una espléndida panorámica en los 360º.
Unos minutos para reagrupar, hacer fotos y disfrutar de la vista, y continuamos derivando hacia la izquierda, cresteando. Al principio, la senda está bien definida y tiene algunas fitas indicándola, pero después, perdemos las señales, y prácticamente, monte a través, descendemos hasta encontrar la senda a orilla del río. Unos salen a esta senda más adelante que otros, hasta que una vez reagrupados de nuevo, seguimos hacia la derecha (11:55).
A las 12:15, en bifurcación, la opción de la izquierda, está cerrada con una barrera que indica “prohibido el paso de Enero a Mayo, por nidificación de aves”; seguimos por la derecha, y 5’ después, desemboca en una pista que tomamos a izquierda (poste de señales).
A las 12:30 termina la pista, de nuevo, en la senda a orilla del río en el punto (*); la tomamos a derecha y media hora después, estamos en la rambla. Saliendo de ella, a la derecha, un poco en alto, pero muy cerca, hay unas cuevas que no vi a la ida; tras las fotos de rigor, seguimos y a las 13:10, llegamos a los coches, después de 10,9 km recorridos.
Una bonita e inédita ruta, muy cerca de casa, que aún mejorará cuando se habilite el tramo de senda desde el centro de interpretación de Vilamarxant. Volveremos a hacerla.
Manoli