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Día 12 de Enero de 2013
EL GOLLIZNO-EL TESORO-
EL FRAILECICO
CHULILLA
CAMINANTES. 29: Mere, Pedro, M.Angeles Merino, Pilar, Angels, Manuela, Amparo Macián, Ballester, Paco Medina, Rosa, Concha Martínez, Joan García, Meitos, Alonso, Vicen, Pepe Puyol, Pep Alcácer, Concha Sequeiro, Vergara, Manolo Vidagany, Inma Peris, María Núñez, Isabel Llorens, Sara, Eladio, Eduardo, Karl, Manoli y Juan Antonio.
Elegimos Chulilla, para la primera salida del año, sin estar seguros de no encontrar un paisaje quemado en el incendio del verano pasado, pero hubo suerte, y el espacio que recorrimos no resultó afectado por aquél.
Pasados el desvío al balneario, y un pequeño parque contiguo a la carretera, tomamos un desvío a izquierda, que siguiéndolo, nos lleva hasta el río, y nada más pasar la depuradora, ya en el fondo, aparcamos los coches.
Iniciamos la marcha a las 9:25, cruzamos el puente sobre el río Turia, y 2’ después, dejamos la pista por una senda a derecha con señales que indican a “Cueva del Gollizno-Cueva del Tesoro”. Una bonita senda botánica, con el nombre de las especies más relevantes que vamos encontrando, nos lleva en 20’ hasta la Cueva del Gollizno. Un abrigo bajo una enorme visera de las rocas, con una vista espectacular sobre el río.
Después de unos minutos para hacer fotos, volvemos atrás unos pocos metros, y tomamos un desvío a derecha en ascenso (9:50) hacia “Cueva del Tesoro”.
A las 10:02 llegamos a la entrada de un estrecho, al que se accede por un pequeño puente de troncos. Durante 15’ remontamos un precioso barranco muy estrecho, con algunos escalones rocosos, y a la salida del mismo, tenemos a la izquierda una senda, con una cadena, que, de momento, rechazamos. Continuamos recto y, enseguida, salimos del barranco por la derecha siguiendo una senda, al principio bien definida y señalada con fitas, que poco más adelante se pierden. No sé si no existen, o si las perdimos.
Monte a través y derivando hacia la derecha, tras cruzar una vaguada bastante profunda, llegamos a la cresta a las 11:10, desde la que hay una bonita vista del embalse de Loriguilla. Unos minutos para fotos y disfrutar del paisaje, y regresamos sobre nuestros pasos. Paramos a almorzar a mitad de ladera a las 11:30, durante 20 minutos.
En la reanudación, seguimos el descenso hacia el barranco hasta la senda con la cadena, que tomamos a las 12:10. En brusco ascenso al principio, 3 ó 4’ después encontramos la Cueva del Tesoro. No hay duda, porque una tablilla con el nombre, lo indica. La entrada es muy pequeña, y solo permite el acceso a rastras; nadie se aventura en su exploración, ni siquiera con el aliciente de su nombre.
Continuamos ahora hacia El Frailecico; sigue la senda bien definida entre aliagas, romeros, esparto, etc; no hay árboles. En dos ocasiones cruzamos un barranco, la segunda vez, a las 12:55, y a partir de aquí se inicia una fuerte subida, un corto trecho. En el punto más alto, a 500 m/a, llanea durante unos 300 m, y después desciende hasta un collado en la base de El Frailecico, donde llegamos a las 13:20.
Como subir al pico, es un recorrido de ida y vuelta, algunos prefieren esperar, pero el esfuerzo, pequeño, merece mucho la pena. En apenas 3-4’, se alcanza la cima a 457 m/a. Es una pequeña meseta, con una vista impresionante en los 360º. Por la parte del río, el cañón y al final, el Charco Azul, Losa del Obispo y Villar del Arzobispo; la peña donde se asienta el castillo; Chulilla, recostada en su ladera; los caminos y sendas que los recorren… Vemos los restos de un aljibe, y recorremos su perímetro, haciendo fotos.
Volvemos al collado, y seguimos el descenso por una senda frondosa, primero por la base de los cinglos; luego se despega de las rocas, y a las 13:50 llegamos a un corral-aprisco, sigue por dentro de su recinto, va salvando el desnivel con escalones formados con troncos o piedras, y desemboca en otra senda a las 14:00, que tomamos a izquierda. Cinco minutos después, llega a un camino, que también tomamos a izquierda, por el que llegamos al puente, y a los coches a las 14:10 horas, después de 7,9 km recorridos.
El trayecto que se hizo monte a través, por supuesto, era muy pedregoso e incómodo de caminar, pero casi todo el recorrido es muy rocoso, con piedra suelta en los desniveles, que provocaron más de una caída –nada grave- pero con todo y con ello, resultó una ruta preciosa y muy interesante.
Manoli
