CAMINANTES, 38: Tere, Luis, Belén, Juan Pérez, Mere, Pedro, Carmen, Enric, Guiller, Ramón, Meitos, Alonso, Vicen, Pepe Puyol, Enri Tormo, Julián, Paqui, Rafa Lavarías, Moisés, Manolito, José-Vicente, Manolo Vidagany, Pedro Fuentes, Dani Serral, Karl, Eduardo, Rafa Figueres, Esther, Concha Cotanda, Amparo y Julia Sala, Fina León, Amparo Macián, Manuela, Angels, Pilar, Manoli y Juan Antonio.
Por fin, la deseada excursión a la Font Rotja. Vamos en autobús, que nos deja en la explanada del Santuario. Después de recoger la autorización en el nuevo edificio del Centro de Visitantes, necesaria para grupos de más de 15 personas, iniciamos la marcha tomando el camino a izquierda del edificio antiguo, junto al restaurante, a las 10,05 h, a 1050 m/a.
En pocos minutos llegamos a la “Glorieta del Paellers”, una amplia área recreativa, con muchas mesas y asientos, a la sombra de grandes encinas, las más antiguas del parque. Seguiremos la señales turísticas al Menejador, y a escasos 20 m encontramos la primera, con el nº 1, la Cova Gelada, una pequeña gruta a la izquierda del camino.
A las 10’20 h en un ensanche del camino hallamos la nº 2: el Pla de la Mina, donde podemos observar la reproducción de una carbonera y de un horno de cal; también hay un mirador, pero no es buen día para las vistas. A la izquierda del camino, arranca una senda que lleva hasta el pico. Seguimos recto.
Rechazamos una bifurcación a la derecha, en el Pla dels Galers –señal nº 3- que nos llevaría a hacer otro recorrido, muy atractivo según los folletos: el Barranc del Infern. (10,40 h)
Cinco minutos después, la señal nº 4 nos indica otro mirador, el Mirador de Pilatos, a 1185 m/a. Dice el folleto: “… desde el que hay una espléndida panorámica de la Sierra de Mariola…” En fin, nos asomamos, pero la niebla muy espesa, impide toda visibilidad. Hacemos fotos, al grupo, y no se ve nada más allá.
A las 11 h, paramos a almorzar a orilla del camino junto a unos muretes de piedra, y de pie, por la humedad; hasta las 11,20 h, para llegar a las 11,30 h al Mas de Tetuán por el que pasamos más que deprisa sin ver un precioso tejo centenario que hay junto a la era.
El camino aquí describe una amplia curva, casi circunferencia cerrada, que nos hace caminar en sentido contrario. Empieza a lloviznear, y sin el cobijo del arbolado el viento es frío. Nos ponemos los chubasqueros, guardamos las cámaras y seguimos.
A la llegada a la señal nº 6, no llueve, (11,40 h) y podemos admirar como se merece, la Cava Coloma, un pozo de nieve impresionantemente hondo. Construido en el siglo XVIII, tiene 16’6 m de profundidad por 13 m de diámetro, y 2.200 m3 de capacidad. El más profundo que hemos visto.
Conforme nos acercamos al depósito de agua, al que llegamos a las 11,55 h, ha arreciado el viento y animado una fina lluvia, que acaba por convertirse en nieve.
El grupo se divide; unos siguen recto, y otros tomamos a derecha la subida encementada al Menejador. Vino a ser como “tocar mare”, y salir; algunas fotos rápidas y bajamos por la senda que arranca detrás y a izquierda de la caseta, con señales de PR. (12,05 h, 1350 m/a)
La senda desemboca en la pista junto al depósito de agua, paramos unos minutos para reagrupar, y mientras la nieve cubre chubasqueros y paraguas; tomamos a derecha unos 50 m hasta encontrar una senda a la izquierda bien indicada con las señales.
La senda es una preciosidad; desciende en fuerte pendiente, incluso con escalones, otra vez entre los árboles, a cubierto del viento; y ha dejado de llover. Nos asomamos en un pequeño mirador, la visibilidad ha mejorado un poco, y desembocamos en el Pla de la Mina a las 12,50 h.
Como el tiempo está como está, no nos decidimos por añadir el itinerario del Barranc del Infern –para otra vez- y volvemos al santuario donde llegamos a las 13,10 h; vemos unos audiovisuales en el centro de visitantes.
Comemos en el restaurante, bastante bien.