CAMINANTES: Pedro, José-Vicente, Belén, Juan Pérez, Pep Alcácer, Daniel, Ricardo, Miguel Boscá, Cristina, Juan Sancho, Carmen, Virginia, Fernando, Guiller, Ramon, Amparo, Alberto, Meitos, Alonso, Mari Carmen, Paco Pastor, Manoli y Juan Antonio.
Se trata del Sendero PRV.114 de la edición Senderos Valencianos II de la Diputación Provincial. Tiene un inconveniente, y es que el lugar de salida está lejos de Lliria, nuestro centro de partida, y acortamos el recorrido iniciándolo en la ermita de San Isidro en el pueblo de Benagéver. Dejamos los coches delante de la ermita a 780 m/a, y comenzamos a caminar a las 10,15 horas, tomando un camino situado a la izquierda y debajo de la ermita, a la derecha de la carretera. Está señalizado como PR.
A escasos 200 metros pasamos junto a un antiguo abrevadero, y pasado éste, tomamos una senda a la izquierda que entre pinos sube ligeramente y sale a un camino que bordea unos campos: viña y otros cultivos. Continuamos por la derecha; terminados los campos, el camino se adentra entre pinos. Hacia los 700 m, pasamos junto al antiguo depósito del agua, a 815 m/a, llaneamos unos 400 m y salimos a un claro donde se encuentra una casa en ruina, Casa Ximénez o del Puntal. Seguimos por la derecha de la casa, descendiendo ligeramente. Pasamos entre unas charcas con una rústica fuente a la derecha.
A los 2,2 km, a 830 m/a llegamos a un cruce, tomando a la derecha y en la siguiente bifurcación, a la izquierda. En este último tramo, entre los pinos, encontramos algunos rebollones y setas de cardo que han resistido los fríos de los últimos días. Hoy el tiempo es fresco pero no hace mucho frío; el campo está húmedo y los olores a tierra mojada, a pino, a hierbas, a campo en definitiva, son muy intensos.
El camino termina en un claro, y continúa por una senda entre el bosque, subiendo en desnivel bastante fuerte al principio, y un poco más suave, después. En el km. 4,7, a 995 m/a, nos detenemos a almorzar, a las 11,30 h. En las proximidades está la fuente de la Sabina, pero no la vemos (salvo Miguel Boscá).
Reanudamos la marcha media hora después; en unos pocos metros el itinerario desciende hasta los 960 m/a en el km 6,1. Salimos a una pista que tomamos a la derecha, y enseguida de frente aparece la subida a La Atalaya, a la brava, por un cortafuegos sin una sola “S”. Aparece tan clara que no buscamos las señales del PR, que más adelante reencontraremos. La subida es bastante pesada, como digo, en línea recta, luego sigue hacia la derecha hasta alcanzar el Collado de la Atalaya en el km. 7,4, a 1120 m/a. Habíamos pasado retazos sueltos de nieve, pero aquí el camino ya está cubierto por ella, sobre todo en la umbría de éste último tramo.
A la izquierda del collado parte la senda para subir al pico. En apenas 300 m, de subida casi vertical, alcanzamos el punto geodésico y aparecen a la vista las dos vertientes: norte – sur. Cresteamos otros 150 metros más y llegamos al pico a las 13,10 horas a 1175 m/a. La vista es impresionante todo alrededor, y eso que el horizonte no se aprecia del todo nítido. Después de unos minutos de disfrutarla, y hacer unas fotos, regresamos hasta el Collado, km 8,3 y continuamos hacia la izquierda bajando. Volvemos a tener las señales de PR.
En el km 8,8, a 1050 m/a tomamos un desvío a la derecha, que cruza una vaguada y más adelante se convierte en senda, hasta las proximidades de un caserío, Casas de Atalaya, que quedan en alto a la derecha. Continuamos por el camino que sigue el barranco, tan pronto por la derecha, tan pronto por la izquierda, como por dentro del mismo en algún tramo, y ya siempre descendiendo, hasta el km. 13,3, a 850 m/a en que termina en una pista forestal, en las proximidades del pueblo (a la izquierda hay unos postes de cemento que flanquean la entrada a un campamento). Tomamos la pista hacia la derecha y llegamos a la ermita de San Isidro a las 14,45 horas, después de 13,9 km.