CAMINANTES, 31: Daniel, Manuela, Amparo Macián, Esther, Angels, Pilar, Guiller, Ramón, Mere, Pedro Ferrandis, Ballester, Vergara, Concha Alcocer, María, Pedro Fuentes, Isa, Cecilia, Carlos, Inma, Manolito, Marisa, Rafa Figueres, Paqui, Rafa Lavarías, Maribel, Renau, Eduardo, Fina León, Sumsi, Manoli y Juan Antonio.
De nuevo hemos echado mano del libro de Esteban Cuéllar, “Caminando por la Comunidad Valenciana 4”, “Ramblas, Barrancos y Cañones”, y nos ha llevado a una ruta espectacular.
Quedamos en Cofrentes, donde llegamos desde Requena por la N-330. A mitad de la travesía, tomamos a la derecha la carretera CV-439 a Balneario Hervideros-Casas Ibáñez. Dejamos a la derecha la entrada principal del Balneario, y a unos 150 m cogemos a izquierda una pista asfaltada, que va, dirección Sur hacia Jalance. Unos 2,6 km después, nos desviamos de nuevo a la derecha por el Camino de la Peña María, y tras otros 2,9 km, dejamos los coches a la entrada de un camino de tierra que encontramos a la derecha. (No está difícil de encontrar, pero es algo más complejo que la ruta en sí, que no tiene pérdida).
Comenzamos la marcha a las 10,25 h a 376 m/a siguiendo este camino, que, al principio, asciende ligeramente, dejando el cauce del río cada vez más en hondo. A los 15’ pasamos un pequeño túnel y otro más a los 25 minutos. Entre ambos, una edificación abandonada de molturación de áridos, seguramente para los trabajos de la construcción del camino, abierto para la instalación de una conducción de agua.
No hay más desniveles dignos de llamarse así, y desde luego, no tiene desvío alguno. Discurre a media altura de unos altísimos farallones, y en algún tramo, se incrusta en la pared, formando una especie de cueva. De vez en cuando, en el fondo entre la vegetación, aparece el río, cada vez más encajonado, con un bonito color esmeralda.
A las 11,10 h, paramos a almorzar hasta las 11,35 h.
Más adelante, el camino se estrecha por algún desprendimiento o maleza crecida y en algunos momentos unos puntos de pintura ayudan a encontrar el mejor paso posible.
Sobre las 12 h, vemos enfrente una enorme brecha en la roca; se trata del barranco de Robles. Será impresionante cuando el agua se despeñe por él.
A las 12,30 h llegamos a otro túnel también corto (5,4 km-477 m/a). Al salir de su arco, el camino se termina. Con algo de dificultad, se podría bajar hasta el río, pero si no es por dentro del cauce, no hay camino transitable; dice el amigo Cuéllar, que quedó destruido en la última riada que también se llevó la presa de Tous. Así que, tras unos minutos para empaparnos bien, y hacer fotos, volvemos.
Recorremos el camino en sentido inverso, disfrutando de un paisaje que parece distinto al verlo desde el otro lado, y llegamos a los coches a las 14,10 h.
Manoli.