Día 14 de Junio de 2003
Pantano de ulldecona
La TINENÇA de benifassar
Somos: Amparo Macián, José Manuel, Maribel, Carmen Marimón, Daniel, Virtu, Puri, Pepe, Ramon, Guiller, Maria Teresa, Juanjo, Concha Sequeiro, Salvador, Juan Pérez, Carmen, Enric, Amparo y Alberto.
Excursión fin de temporada.
Tomamos una pista que sale una vez cruzado el puente del pantano hacia la Tinença, a la derecha; pista ancha, llevando a la derecha el pantano.
Ya hace mucho calor; vamos charlando animadamente. Después de 2,8 km, a las 9’55 h, 501 m/a, continuamos por pista. Diez minutos después, pasamos y cruzamos un puente; llevamos el barranco a la izquierda y seguimos la pista.
A unos 3,8 km encontramos una bifurcación, nosotros a la izquierda, y cruce por puentecito y barranco. A unos 200 m otro cruce, nosotros a la derecha –no hay señales-. Cruzamos el barranco y cogemos un camino más pequeño con el barranco a la derecha. Enseguida encontramos un sendero que se va empinando.
Seguimos sin ver señales de PR ni de GR (ni amarillas y rojas) y ya hemos recorrido 4,9 km, 580 m/a. A las 10,45 horas almorzamos en un collado a 633 m/a después de 5,2 km. Reanudamos la marcha a las 11,10 horas.
A la vista de una peña con un gran agujero son las 11,50 h a 812 m/a y 6,4 km. Esto de los agujeros es bastante común. Hace un calor horripilante pero continuamos subiendo; somos casi “profesionales” del senderismo. Lo estamos haciendo por una ladera a pleno sol, no corre nada de aire y a pesar de todo, el sitio lo encontramos precioso.
El grupo, como siempre, se ha ido estirando, cada uno imprime a la marcha el ritmo que puede.
Algunos llegan debajo del agujero, pero vuelven, ya que no es el camino. El terreno es abrupto y con mucha pendiente. Las 12,30 h, a 800 m/a y 7,2 km recorridos, con 35º C según el reloj de Ramón.
Diez minutos y 300 metros después, y 100 metros más de altura llegamos al final. Nos damos cuenta de que nos hemos equivocado, que no estamos en Fredes como era nuestro destino, que estamos en una peña altísima, rodeada por una gran pendiente o barranquera, y que Fredes está allá, enfrente, imposible de llegar hoy y ahora. A las 13,10 h iniciamos el regreso, con poquísima agua, cansados y a pleno sol.
Este regreso fue épico, unos lo llevaban mejor que otros, agotamos el agua, parando cada poco tiempo, buscando sombra que eran escasas, etc. Ramón, Salvador, Carmen Marimón, José Manuel, después, se llevaron la peor parte, pero a otros no nos fue mucho mejor.
Llegaron al río y Juan Pérez trajo una botella con agua (del río) que nos pareció como “de mayo”: más valía morirse de una diarrea en casa, que de sed en medio de la montaña. Conforme llegábamos los demás al río, íbamos entrando en él, unos desnudos, otros en ropa interior, había quien llevaba bañador y todo. Me pareció el mejor baño de mi vida.
Como aún quedaban unos 3 km para llegar a los coches, José Manuel y Pepe fueron a por ellos, y, de paso, trajeron cervezas y refrescos que acogimos con deleite.
A las 16,40 h estábamos comiendo en un Self-Service que hay en el pantano de Ulldecona, de donde habíamos salido. Allí nos dijeron, ya por la mañana, que a Fredes habían unas 3 horas y no tenía pérdida, cuando nos vieron entrar cansados y hambrientos se hacían cruces. Otra vez habrá que mirar mejor el libro de Rafa Cebrián y el mapa y no nos confiaremos.
