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LLIRIA-LES LLÁCUBES ROMANES

CAMINANTES, 43: Germán, Enric, Daniel, con Vora, José-Vicente, Novella, Alonso, Manolito, Ricardo Nava, Concha Sequeiro, Cristina Vergara, Belén, Juan Pérez y Carlos, Ricardo, Paqui, Rafa Lavarías, Renau, Rafa Figueres, Marisa, Mere, Pedro, Amparo Macián, Manuela, Fina León, Valentina, Ana, Manolo Rizo, Jessica, Karl, María Núñez, Esther, Concha Alcocer, Virtu, Amaya, Vicen, Pepe Puyol, Cristóbal, Amparo y Julia Sala, Cecilia, Pepa, Manoli y Juan Antonio.

En la carretera de Alcublas, la CV-339, el puerto de Les Yácubes, salva el escalón con la meseta, y los ingenieros hicieron el trazado que mejor convenía en cada tiempo. En Mayo/2003, caminamos por la carretera vieja, que se conserva completa –sin asfalto, pero sin interrupción-, y forma parte del PR por el Barranc del Gasque; y hoy hemos recorrido otro trazado más antiguo aún y distinto de los otros dos, una calzada romana. Germán, que conoce bien el terreno por su afición a la caza y a la bicicleta, nos lo enseñó.
Aparcamos en la rotonda El Pi, en la confluencia con la CV-245, punto de partida de varios senderos de PR, e iniciamos la marcha a las 9,10 h a 455 m/a, tomando, en principio, la antigua carretera, con señales de PR. Dos minutos después, deja una entrada a la izquierda, con una balsa de cemento.
Cinco minutos después de la salida, a la altura de un pequeño maset en la derecha, a la izquierda, ya se ven vestigios de la calzada romana, tallada a pico en la piedra. Solo hay un pequeño tramo desbrozado de maleza. De vuelta al camino, nada más pasar la curva, a la izquierda hay tres o cuatro almendros, y por el fondo de este campito, tomamos el “carril romano” para salir otra vez apenas 50 m después.
A las 9,25 h, (teniendo en cuenta que hicimos algunas fotos, -1,16 km 540 m/a) se deja la vieja carretera, y el PR, por la derecha, tomando un camino que da acceso a los cultivos, atraviesa un campo de almendros en diagonal, y continúa encajonado entre paredes de unos tres metros de conglomerado de arenisca. Al salir del angosto, va elevándole por la derecha de la vaguada, y enseguida, vuelven a verse las carriladas bien marcadas en la roca, y en algunos tramos, sólidos contrafuertes en la izquierda. Al otro lado de la vaguada, el trazado actual de Les Yácubes que los “moteros” recorren tomando sus pronunciadas curvas arriba y abajo, a toda velocidad.
Pasamos, sobre las 9,45 h junto a un pozo-hundimiento como de 1,5 m de profundidad. Apenas tres minutos después, desemboca en la carretera vieja, en un ensanche de ésta donde hay una balsa. (2 km – 625 m/a; fotos)
Seguimos, y en la curva tomamos el primer camino que encontramos a la derecha; tiene la señal en “X” del PR. Por la izquierda del campo de olivos, atravesamos la vaguada y ascendemos por una senda poco definida, que va a desembocar de nuevo a la vieja carretera (10 h, 700 m/a 2,7 km). El camino romano, parece que seguiría por la vaguada, perdido con las terrazas de cultivos.
Todavía asciende, ahora suavemente, y alcanzamos el llano a las 10,10 h, 3,1 km, a 740 m/a. A la derecha un sencillo chalet con el nombre “Los almendros”, y pasado éste, tomamos una pista asfaltada a la derecha.
Caminamos por el asfalto, hasta ver a la izquierda una moderna construcción, que, aunque desde nuestra posición no puede verse, se trata del Hostal-Asador La Seca. A su altura, (10,22 h 3,6 km 750 m/a) junto a unas carrascas, tomamos una senda a la derecha, cruza un pequeño cultivo, y continúa.
A las 10,40 h (665 m/a – 4,5 km) paramos a almorzar; 25 minutos.
La senda desciende hasta los 640 m/a, perfilando por la izquierda un barranco abancalado, lo rodea, y vuelve a ascender ligeramente, hasta los 680 (11,30 h 6 km).
En el descenso, hay una amplia vista de la Partida la Cova Negra, con el corral del mismo nombre, en término de Alcublas; pasadas unas tablillas blancas que se ven en hilera, es término de Lliria. (5’ –fotos, explicaciones, descanso, etc-)
Llegamos al corral de la Cova Negra a las 11,50 h -6,4 km, 580 m/a-; el techado está derruido, pero los arcos y los muros, están perfectos; hasta en una alacena hay un puchero, y unas trébedes colgadas en la pared (en algún tiempo, no muy lejano, había vida entre estas paredes) 5’, más fotos.
Sigue el camino en descenso; campos de cultivo, reducidos en algunas ocasiones al terreno en que cabe un árbol, acotados con ribazos que hoy valdrían más que los propios árboles; muchos abandonados e invadidos por los pinos. Encontramos una bifurcación sobre las 12,25 h, que tomamos a la izquierda (la de la derecha, lleva al mismo punto) y a las 12,30 h, en un cambio de rasante, pasamos junto a una balsa, que queda a la derecha del camino. Desde aquí ya se ven los coches, a los que llegamos a las 12,40 h, después de 9,2 km recorridos.

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