CAMINANTES, 21: Mere, Pedro, Amparo Macián, Puri, Virtu, Cristina, Juan Sancho, Belén, Juan Pérez, Renau, Rafa Lavarías, Meitos, Alonso, José Vicente, Fina León, Ricardo, Ricardo Nava, Concha, Manolito, Manoli y Juan Antonio.
Para llegar al punto de partida, desde la estación de Chiva, tomamos la carretera de Gestalgar; al llegar a la urbanización Las Pedrizas, dirección Calle 29 – 30; siguiente bifurcación: Gestalgar-Pedralba (deja Cheste); siguiente: Gestalgar (deja Pedralba). Tras este último desvío, enseguida, tomamos una pista de tierra a la izquierda, señalizada: “Fuente Viñas. Sarganta”. 1,9 km por esta pista nos lleva a la Fuente Viñas, y a la derecha de ésta, unos 300 m, la Casa de las Viñas, una masía que aún se utiliza, al menos como corral, a juzgar por el aroma que se detecta a su lado; detrás de ella, dejamos los coches.
Comenzamos la marcha a las 9,30 h a 465 m/a, siguiendo el camino adelante que asciende hacia la montaña. Está señalizado como PR, aunque algunas marcas están algo borradas.
Cuando hemos cogido altura, la vista se amplía hasta el mar; si bien el día no es muy claro y está muy nuboso, aún se aprecia. El primer núcleo urbano que se ve hacia el Este, son Las Pedrizas, y detrás, Chiva a la derecha y Cheste a la izquierda. El camino va girando, al tiempo que sigue subiendo más suavemente, y asoma a la otra vertiente, donde en primer término está La Rodana de Villamarchante, y detrás La Calderona. No hay más visibilidad hacia el norte.
Después de un corto descenso, hay otra subida suave de medio kilómetro, y se llanea durante unos metros. A la derecha, algo apartada de la pista, hay una casita menuda, con un camino de entrada y otro de salida. Pasados éstos, y antes de que la pista empiece a descender, se toma una senda a la izquierda; hay un poste indicador del PR, con la leyenda “Fuente de la Peraleja, 4 h” (10,20 h 620 m/a, 2,8 km).
Unos minutos para reagrupar, e iniciamos el ascenso. Sobre las 10,40 al frente-izquierda, destacan los “molinos” de Buñol, y a la derecha, la Calderona aparece iluminada por un sol tenue. Encima de nosotros, el cielo está totalmente cubierto, y cada vez más negro.
A las 10,45 h, salimos de la senda hacia la izquierda, buscando el resguardo de unas rocas, que forman una especie de sima. Dentro, sobre unos troncos caidos, y en las umbrías, queda nieve. (785 m/a, 4,1 km) Almorzamos, y reanudamos la marcha a las 11,05 h.
Terminando de recoger, empieza a llover, y de vuelta en la senda, donde el viento es fuerte, parece que diluvia; además, Cristina en un resbalón se golpea en la cabeza, y tiene que volver, junto a unos cuantos más, que tienen miedo a mojarse. Realmente fue más la alarma, que el agua que definitivamente cayó.
Los más atrevidos, continuaron hasta el alto de la Caçoleta, donde terminaron con 5,8 km a 900 m/a.
La vuelta por el mismo camino, al final en los coches, 11,6 km.